Presidimos este espacio de construcción de paz territorial. Nos reafirmamos, la paz requiere no solo la cesación de las hostilidades entre grupos armados sino, ante todo, la garantía y satisfacción de derechos fundamentales y la erradicación de brechas sociales que han sido la causa principal de conflictos.

Si bien el número de víctimas ha disminuido a nivel nacional luego de la firma de acuerdos entre FARC y Gobierno Nacional, en Nariño se han mantenido en niveles similares o incluso han aumentado. La dimensión de la problemática en Nariño, especialmente en las subregiones del Pacífico y el Piedemonte costero, excede la capacidad de las administraciones locales y la misma Gobernación. Desde este escenario volvemos a hacer nuestro llamado urgente al Gobierno Nacional para que haga presencia integral en el territorio. No basta solo con aumentar el pie de fuerza. Se debe destinar recursos para satisfacer las muchas necesidades básicas y demandas de las comunidades.